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Ruta Enoturística de la Comarca en El Puerto de Santa María

Laguna La Juncosa

El más pequeño paraíso para las aves acuáticas

El terreno arcilloso propio del viñedo de la comarca, es propicio para la aparición de charcas y pequeñas lagunas estacionales que propician joyas de este tipo. Es la más pequeña de las tres que componen el Complejo Endorréico de El Puerto de Santa María. Es muy apreciada por los ornitólogos y especialmente por los amantes de las aves acuáticas dada su proximidad al recorrido del camino, por eso es a su vez la más delicada.

Esta laguna, junto a la Laguna Chica y la Laguna Salada, pertenece al Complejo Endorreico de El Puerto de Santa María, adscrito a la Red Natura 2000 y catalogado como Zona de Especial Conservación (ZEC), Zona de especial protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de interés Comunitario (LIC).Por eso está prohibido el acceso a cualquiera de ellas.

Es de las tres la que presenta mayor grado de colmatación por los aportes de material de las explotaciones agrícolas, recogidos por los arroyos que la alimentan. No obstante su escasa profundidad permite que las aves limícolas se pueden alimentar en sus fangos y los patos pueden acceder fácilmente a las plantas del fondo para alimentarse.

De escasa profundidad, la mayor parte del año permanece seca, aunque los años más lluviosos ha mantenido agua hasta casi finales del verano, y presenta algas de la familia Characeae además de plantas acuáticas como Ranunculus peltatus cuya flor tiñe de blanco la laguna junto con otras especies puramente acuáticas como Callitriche truncata.  Otras plantas y arbustos como el Tamarix canariensis, Scirpus lacustris, y Juncus maritimus se ciñen a los bordes de la laguna siendo punto de encuentro y anidamiento para aves acuáticas, algunas en peligro de extinción como la focha cornuda. Lo más habitual es encontrar flamencos, diversas ánades, garzas, focha, avefrías, calamones y el morito común.

A esa fauna se suman anfibios e insectos que conforman un biotopo tan especial como sensible a los cambios tanto naturales como a los provocados por el ser humano. Una visita al atardecer permitirá disfrutar del sonido de las ranas y las aves volviendo a sus dormideros.

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