Es lógico suponer que las estructuras de las edificaciones, especialmente las relacionadas con una actividad productiva, respondan a un interés funcional, después de confortabilidad y por último estético. Pero además esa circunstancia en el mundo de la vid y el vino genera una herencia cultural diferenciadora al dar origen a vocabulario, costumbres y tradiciones locales que, en algunos casos perduran físicamente en el tiempo y otras, sin saberlo, conviven con sus habitantes sin que sepan qué origen se debe.
Las casas de viña han tenido varias funciones a lo largo del tiempo:
- Núcleo organizador del cultivo de la vid y de la vendimia
- Centro de vinificación; esto es, de elaboración de vino mediante la pisa de la uva
- Bodega de almacenaje de mostos y, en algunos casos, de crianza de vinos
- Vivienda habitual del casero o capataz y su familia, morada temporal de jornaleros y residencia ocasional de grandes propietarios (para recreo, para protegerse de epidemias…)
Las dependencias de las grandes casas de viña son:
- Almijar: terraza situada delante de la fachada. Lugar para varias faenas y para el soleo de la uva.
- Portal: galería cubierta y abierta al almijar constituida por una arcada sobre columnas de mármol o pilares. Pieza de tránsito, de trabajo y descanso.
- Lagar o cuadra de lagares: recinto destinado a la pisa de la uva.
- Caldera: para elaborar arrope (mosto cocido)
- Bodega: para almacenar el vino hasta su venta, en los casos de viñas de cosecheros
- Cuadra y pajar situado encima de ella
- Fogarín: estancia con un hogar en el suelo, en torno al cual se reunían los jornaleros las noches frías. En algunas casas se utilizaba también como dormitorio.
- Casa de la gente: dormitorio de los jornaleros.
- Casa del capataz o casero y del cosechero.
- Oratorio.