Juan Gallardo González y Dolores Tello (vecinos de El Puerto) compraron y tomaron a censo varias parcelas de tierra calma (dedicadas a cereal) a Juana Linch y al marqués del Castillo del Valle de Sidueña (de Jerez), las plantaron de viñedo y construyeron la casa.
Se trata de uno de los casos en los que unos modestos arrendatarios de tierras se convirtieron en viticultores de su propia finca.
La data a censo era una modalidad de compra-venta de bienes raíces consistente en el pago de una renta (pensión o censo) anual de un tanto por ciento del precio del bien inmueble en cuestión. Los censos podían ser al quitar (redimibles mediante el pago del precio del bien) o perpetuos (irredimibles).
En 1877, Juan y Dolores vendieron la viña en vitalicio a Juan de la Portilla y le hicieron comprometerse a que les diese sepultura en la forma que le indicaron.
El nombre de la viña puede deberse a Dolores Tello o a la segunda hija de Juan de la Portilla, también llamada Dolores, que falleció “en edad pupilar; o a ambas.