El arte de hacer barriles ha sido una de las actividades que más riqueza cultural ha generado en torno al mundo del vino. Ha inspirado poesía, flamenco, pintura, fotografía y literatura entre otros géneros artísticos, en todas y cada una de las ciudades donde se han implantado. En la fabricación de un barril intervienen los cuatro elementos: tierra, fuego, agua y aire, tratados con la pericia de la mano humana, para culminar en la cuna donde se mecerán y se acunarán los vinos y licores que evolucionan en ellos.
Tras la industrialización en la producción del Jerez, los productores de diversos licores encontraron en estas botas del Jerez-Xérès-Sherry el contenedor perfecto para aportar sus matices y enriquecer así sus productos finales.
Eso ha dado origen a una industria paralela de preparación y reparación de botas envinadas con Sherry en la que Southern Casks se ha especializado. Todo, sin olvidar el respeto a la materia prima (las duelas de roble) y a las formas tradicionales de elaborar e impermeabilizar esos contendores de madera para que puedan ejercer su magia.
Tres generaciones de la familia Cárdenas han mantenido su actividad aunando la crianza de vinos, la fabricación de barriles y el envinado de estos para su posterior dedicación al envejecimiento de icores como el coñac el whiskey y ahora también el ron.