En la actualidad es habitual encontrar en este descansadero rebaños pastando y abrevando por las inmediaciones que es para el fin que están dispuestos. Pero también es lugar de encuentros para romerías o celebraciones tradicionales como lunadas o encuentros para la observación astronómica
El baldío del Pozo del Gallo, propiedad del cabildo municipal (ayuntamiento), en el siglo XVIII tenía una extensión de 300 aranzadas (en torno a las 150 Hectáreas
A esta zona se le conoce como Marismas del Gallo, espacios inundables próximos a la laguna del mismo nombre. Estaba comprendida en un área mayor denominado Pago de Grañina.
El nombre de Grañina hace referencia a la arquería musulmana ubicada en este lugar, recogida en el libro del Repartimiento de El Puerto de Santa María del siglo XIII, que fue repartida entre los nuevos pobladores castellanos.
Grañina formó parte del mayorazgo fundado por Pedro Camacho de Villavicencio y su mujer Teresa de Suazo en 1507 a favor de su nieto Pedro Camacho. En 1711 Felipe V le concedió el título de Marqués de Grañina a Jerónimo Miguel Dávila y Ursúa, hijo de don García José Dávila Ponce de León, I Señor de Grañina.
Durante los siglos XVI y XVII El Puerto fue invernadero y base de las Galeras Reales y sede de la Capitanía General del Mar Océano. Ante la necesidad de recibir ganado de todas las regiones del país para apertrechar naves, se habilitaron al menos hasta 14 descansaderos de similares dimensiones con pozo abrevadero (Pozos Concejiles).
Para evitar la pérdida de este patrimonio histórico agropecuario, en 2016, el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María acometió el proyecto de rehabilitación del descansadero.
Con este proyecto se ejecutaron medidas de contención combinando las nuevas técnicas constructivas y las tradicionales, como es el ejemplo de la actuación en la cárcava de un arroyo de escorrentía que vierte agua y sedimentos por el norte del descansadero.